El término pH, o “potencial de hidrógeno”, se refiere a la concentración de hidrógeno en el agua y este valor indica qué tan ácida (pH < 7) o alcalina (pH >7) es una solución acuosa, en comparación con el agua destilada que tiene un pH “neutro” de 7, en una escala de 1 a 14.
La capacidad de la piel para combatir las infecciones y el estrés ambiental depende del pH. La piel tiene una delgada capa protectora en su superficie, llamada manto ácido que se compone de sebo (ácidos grasos libres) excretados de las glándulas sebáceas, el cual, combinado con ácido láctico y aminoácidos provenientes del sudor, crean el pH de la piel. Idealmente, este debería ser ligeramente ácido, pero existe un amplio rango de pH que oscila entre 4 y 7.
Aunque se estima que el pH promedio de la superficie de la piel sana es de 4.7, muchos estudios arrojan valores de pH por debajo de 5 y, en cuanto a hidratación y composición de la flora bacteriana de la piel, se ha demostrado que la piel con valores de pH por debajo de 5 está en mejores condiciones que la piel con valores de pH superiores a 5.
Factores influyen en el pH de la piel
El pH de la piel va cambiando con la edad. En recién nacidos, el pH de la superficie de la piel es más alta que en los adultos, sin embargo, se normaliza en aproximadamente 3 días. Con los años, la piel se vuelve más alcalina, dejándola expuesta a trastornos que van desde las arrugas hasta la pigmentación y el acné.
La piel madura (> 55 años), también adolece de una barrera de permeabilidad defectuosa y una alteración de la integridad, en paralelo con un valor de pH elevado. La acidificación de la piel normaliza la función de barrera de permeabilidad y la integridad / cohesión del estrato córneo.
Generalmente, el valor del pH en los hombres es inferior al de las mujeres.
El pH de la superficie de la piel es relativamente similar en diferentes sitios del cuerpo, excepto en las áreas con mayor humedad, como por ejemplo, las axilas, donde muestran un pH ligeramente más alto que otras áreas del cuerpo.
El pH de la piel también varía según las razas. Por ejemplo, las personas con la piel oscura tienen un pH más bajo que las personas con piel blanca.
Debido a que la piel está compuesta principalmente de agua, cualquier cosa que entre en contacto con ella, como productos cosméticos o de higiene, tabaco, aire, agua, sol, contaminación, etc. contribuye a la alteración del pH, a la descomposición del manto ácido y a la posible alteración de la capacidad que tiene la piel para protegerse a sí misma. Lo mismo sucede con el contacto frecuente con agua “dura” (agua con un alto contenido mineral que puede alcanzar un pH de 8.5) constantemente. Y mientras mayor sea el pH de la sustancia en cuestión, mayor será la alteración del manto ácido y la composición de la flora bacteriana cutánea. Una vez dañado el estrato córneo, puede tardar hasta 14 horas para restablecerse, y considerando que las personas se lavan las manos al menos 3 veces al día, es probable que el estrato córneo no tenga verdadera oportunidad de reponerse. Un pH demasiado alcalino provoca sequedad y disminución de la hidratación de la piel, mientras que un pH demasiado ácido puede provocar enrojecimiento e inflamación.
La radiación solar también puede debilitar gradualmente el manto ácido y exponer la piel a las agresiones ambientales. La presencia de microflora bacteriana interviene en la descomposición de los ácidos grasos y por tanto en el mantenimiento del pH ácido de la piel. El uso frecuente del jabón común de uso diario, no solo alcaliniza el pH de la piel sino que también elimina a la bacteria responsable de crear, al menos en parte, el pH ácido de la piel.
El pH en productos cosméticos y de higiene
De acuerdo a los descrito anteriormente, se puede concluir que el pH de los productos para el cuidado diario de la piel y cabello es muy importante para la homeostasis de la barrera cutánea, por lo tanto, utilizar productos con un pH entre 4.5 y 6 conduce a una piel que puede ajustarse el pH adecuado con más rapidez después de cada aplicación.
La posibilidad que tienen los productos para causar irritaciones está relacionado con una serie de factores que incluyen su pH. Por ejemplo, los productos de limpieza ácidos (pH <6) son menos irritantes que aquellos que son neutros (pH 7) o alcalinos (pH >7), por lo tanto, es más beneficioso para las personas con piel seca utilizar productos de limpieza ácidos. Para las personas propensas a sufrir reacciones irritantes en la piel, es más apropiado el uso de productos ligeramente ácidos o neutros. Las personas con pieles comprometidas o que sufren de enfermedades de tipo seborreico o dermatitis, es preferible el uso de barras limpiadoras o syndets (mezclas de jabón con detergentes o surfactantes con un pH parecido al de la piel).
Con respecto al cuidado capilar, los champús alcalinos (pH no mayor a 7) esponjan el pelo permitiendo que la cutícula se abra y de apariencia de volumen, sin embargo, no se recomienda su uso regular porque destruyen la cutícula y pone el cabello opaco. Los champús ligeramente ácidos pH 4,5 son los más adecuados porque fortalecen la cutícula del cabello y la aplanan. En estas condiciones el pelo se ve brillante y se siente suave al tacto.
Buruberry
Con base en el entendimiento de que un pH en la superficie de la piel por debajo de 5 es beneficioso para la piel humana, todas las formulaciones de nuestra cosmética personalizada y de higiene han sido formuladas con valores de pH entre 4 y 5.5.
Además de aumentar la eficacia de nuestro productos con un pH más bajo, también garantizamos un entorno menos favorable para el crecimiento bacteriano y la estabilidad química de los ingredientes activos.
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