¿Utilizas productos y métodos adecuados para lavarte la cara? A continuación, te indicamos algunas formas en las que puedes mejorar tu rutina de limpieza facial.
Al lavarte la cara, debes asegurarte de evitar errores que, en última instancia, pueden hacer más daño que bien. La limpieza inadecuada de la cara puede provocar sequedad en la piel, exceso de grasa, irritación o incluso erupciones. A continuación, te presentamos algunos errores comunes de limpieza facial que puedes estar cometiendo y algunas formas sencillas de marcar la diferencia en la apariencia de tu piel
Cinco errores de limpieza facial
Elección del limpiador facial incorrecto
La piel de tu rostro es delicada, por lo que debes evitar los productos que sean demasiado agresivos o cargados de detergentes y desodorantes irritantes. No utilices el mismo jabón que usas para el cuerpo. Busca un limpiador facial que se dirija específicamente a tu tipo de piel. Tanto en la sección de cosméticos sólidos como en le sección de cosméticos en polvo de la tienda de Buruberry encontrarás un limpiador adecuado para tu tipo de piel, ya sea grasa, seca, sensible o propensa a las erupciones. El limpiador adecuado te ayudará a eliminar la suciedad, la grasa, el maquillaje y las impurezas sin comprometer la barrera natural de la piel. No eliminará los aceites saludables y, como resultado, tu piel se sentirá suave e hidratada después de la limpieza.
Uso de limpiadores con ingredientes irritantes
Lee las etiquetas de los productos antes de usarlos y averigua que contiene tu limpiador facial. Evita productos con irritantes cutáneos conocidos, incluidos parabenos y sulfatos. Los sulfatos pueden causar sequedad, enrojecimiento e irritación. De hecho, muchas personas son alérgicas a los sulfatos y ni siquiera se dan cuenta. Asegúrate de que contengan ingredientes calmantes e hidratantes así como vitaminas antioxidantes.
Limpieza con agua a temperaturas extremas
El agua tibia es la mejor temperatura para el lavado facial. Las temperaturas extremas pueden provocar efectos no deseados en la piel, incluido el daño capilar. El agua caliente puede alterar la barrera de humedad de la piel al eliminar los aceites protectores. Cuando esto sucede, tu piel puede secarse o tener el efecto contrario y acelerar la producción de sebo, dando como resultado una piel más grasosa.
Enjuague inadecuado
Si no remueves bien el limpiador facial, este se puede acumular en la superficie de la piel, provocando la obstrucción de los poros y brotes subsecuentes. Adicionalmente, tu piel puede sentirse seca, irritada y tirante. Por lo tanto, asegúrate de tener tiempo adicional para enjuagarte bien.
No humectarte
Los tónicos y cremas humectantes deben aplicarse inmediatamente después de limpiar tu piel. Por ejemplo, el “Hydro-Balance” en stick de Buruberry te ayuda reestablecer el equilibrio de la piel, mientras que las cremas te ayudan a restaurar la hidratación que tanto necesitas. Aplícalos mientras tu piel aún está húmeda. Si esperas demasiado y tu piel se seca, será más difícil que los productos humectantes se absorban. Cuando esto sucede, notarás que tu piel se siente grasosa o incluso pegajosa al tacto.
Consejos adicionales:
Al aplicar el limpiador en la piel, masajea con movimientos circulares suaves. Esto ayudará a eliminar los desechos de la superficie y estimulará la circulación.
Si te secas la cara con una toalla, date palmaditas con ella y no te frotes. No conviene tirar de la piel ya que esto puede provocar enrojecimiento e irritación.
Usa una toalla limpia, no la toalla familiar del baño!. Los gérmenes y bacterias en la piel pueden causar estragos en tu cutis.
Al ducharte, deja la limpieza facial para el final, de esta forma te asegurarás de eliminar todos los restos de champú y acondicionador que puedan haberse depositado en tu piel.
Por una piel sana y de aspecto saludable, te invitamos a probar nuestros productos de cosmética sólida o cosmética en polvo para el cuidado facial!
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